Hablar de la muerte con un niño es una de las situaciones más desafiantes a las que pueden enfrentarse los padres y cuidadores. Sin embargo, hacerlo de manera adecuada y honesta puede ayudar al pequeño a procesar su pérdida y a desarrollar herramientas emocionales para enfrentar el duelo. En este artículo, exploraremos estrategias clave para abordar este tema tan delicado.
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ToggleElige el momento y el lugar adecuados
Busca un entorno tranquilo y privado donde el menor se sienta seguro. Es importante que no haya distracciones y que puedas dedicar todo el tiempo necesario para hablar y responder a sus preguntas.
Habla con honestidad y claridad
Evita los eufemismos como “se fue a dormir” o “está en un lugar mejor”, ya que pueden generar confusión o miedo. En su lugar, usa un lenguaje claro y directo, adecuado a su edad. Por ejemplo: “El abuelo murió porque estaba muy enfermo y su cuerpo dejó de funcionar”.
Adapta tu explicación a su nivel de desarrollo
Los niños entienden la muerte de manera diferente según su edad:
- De 3 a 5 años: Pueden no entender que la muerte es permanente. Necesitan explicaciones simples y repetitivas.
- De 6 a 9 años: Comienzan a comprender que la muerte es irreversible y puede causarles ansiedad. Responde a sus preguntas de manera honesta y valida sus emociones.
- A partir de los 10 años: Tienen una comprensión más similar a la de los adultos y pueden profundizar más en el significado y las implicaciones de la pérdida.

Permítele expresar sus emociones
Hazle saber que es normal sentirse triste, enojado o confundido. Usa frases como: “Es normal que te sientas así. Yo también me siento triste”.
Responde a sus preguntas con paciencia
Los niños pueden hacer preguntas repetitivas o inesperadas. Responde con honestidad, aunque algunas respuestas deban ser “No lo sé”. Es mejor reconocer la incertidumbre que inventar explicaciones que podrían confundirlo/a.
Ofrece seguridad y consuelo
Asegúrale que estarás con él y que es amado. Mantén las rutinas tanto como sea posible, ya que proporcionan estabilidad en momentos de cambio.

Involúcralo en el proceso de despedida
Si el niño lo desea, permítele participar en rituales como funerales o memoriales. Explica qué puede esperar en estos eventos y dale la opción de decidir si quiere asistir o no.
Importancia de tratar la muerte con los menores
En conclusión, hablar sobre la muerte con un niño nunca es fácil, pero hacerlo con amor, paciencia y empatía puede marcar una gran diferencia en su proceso de duelo. Al brindarle información clara y un espacio seguro para expresar sus emociones, estarás ayudándolo a construir una base emocional resiliente para enfrentar futuras pérdidas y desafíos de la vida.
Si notas que el niño tiene dificultades persistentes para afrontar la pérdida, como cambios de humor extremos, aislamiento o problemas para dormir, considera buscar apoyo de un psicólogo infantil especializado en duelo.